Para
Ciaran y Bernie Cosgrove
STEPHEN’S GREEN, TARDE DE MARZO
El frío ensancha el cuerpo, lo deslíe
en un bucle de vaho por el cielo
que torna como niebla hecha de hielo
y corta y me enajena. Ahora, aquí e-
mpieza a atardecer sobre este verde
lozano entre doradas ilusiones.
Un arpa se lamenta en unos sones
que la distancia mulle, apaga, pierde.
La verja se hace hermana de mi piel
prisionera de límites. Las puertas
se van encerrojando, como el día.
Detrás de unos arbustos sale aquel
que, hallándose, creyó que se perdía.
Entre las hojas vivas, estas muertas.
COLLINS BARRACKS, EXPOSICIÓN SOBRE
EL LEVANTAMIENTO DE PASCUA
Estos disparos que resuenan dentro
son las balas perdidas desde un frente
donde ya la batalla no se siente
que hace un siglo destrozó en el centro
de Dublín hasta la última fachada.
Las banderas antiguas solo ondean
ahora en el recuerdo roto de An
Phoblacht que fue
más tarde traicionada.
Cascotes y medallas, cartucheras,
fusiles y sombreros y proclamas
encienden una luz que ya declina.
No sabes hace cien años lo que eras,
si bufón de embelecos o rí
na
hÉireann: esta
nación a la que amas.
JUNTO AL GRAND CANAL
Muy lentamente voy junto al Canal
charlando con los cisnes y mis sueños.
Unos perros pasean a sus dueños.
Sed: es hora de echar una cana al
aire, como al gaznate varios whiskeys.
En el LED salta obstáculos la yegua
de un jockey de Kildare. No me dan tregua
los gritos y su cómica vis. Quis-
iera poder quedarme el santo día
tranquilo, adormilado en este snug
en charla con mis sueños y los cisnes
que emergen de leyendas de un Great Book
of Irish Mythology.
Nadie ría.
Si soy así de raro, it's
not your business.